Siempre estamos pensando que nuestros problemas son por causa de otras personas, porque nos hicieron algo, y nunca nos detenemos a pensar que tenemos un real enemigo al cual culpar: nosotros mismos.
Nosotros tomamos decisiones que provocan todos los problemas en nuestras vidas, porque somos capaces de vendernos a nosotros mismos. Si alguien más nos diera esos argumentos, seguro los haríamos a un lado.
En esta nueva serie, hablaremos de tres hábitos que debemos tener al momento de tomar decisiones, costumbres que nos ayudarán a evitar los dolores emocionales que nos infringimos a nosotros mismos al hacer cosas que nos dañan.
Solo siendo sanos en nuestras emociones podremos madurar espiritualmente, y para lograrlo, tenemos que desarrollar hábitos buenos y dejar de perseguir aquello que no lo es.