Es necesario una evaluación periódica de la iglesia, que nos ayude a mantenernos en el camino correcto. Al perder nuestra dirección como comunidad de Cristo, podemos alejar a Dios, y una iglesia sin Su presencia, pierde su potencial y se vuelve limitada.Cualquiera que sea nuestro enfoque, se convierte en nuestro objetivo, y este debe ser cumplir la misión entregada por Jesús, de hacer discípulos, sin importar cuán difícil sea.
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